ZOMBIE ONE MORE TIME O U"SEGUI EL TUO CORSO, E LASCIA DIR LA GENTI." DE SOPORTEATRO
Sporteatro, de la ciudad de Huánuco, firma un montaje bastante
claro, híbrido, arriesgado, entretenido y muchas veces hasta excitante de la
“comedia” de Abel Palomino, protagonizado
por los jóvenes actores: Abel Palomino, Natty Rodriguez y Antonio Pedraza,
productor de la obra ZOMBIE One More Time, que para variar también está
dirigida por Abel Palomino. Esta obra de teatro es una muestra del teatro
profesional contemporáneo, un teatro que entremezcla la experiencia empírica con
las técnicas de escuela y que esta perfecta simbiosis logra un producto de muy
buena factura, incluso sobrepasando, ampliamente, muchas de mis expectativas.
A parte del gran amor que tengo por el teatro, hubo otras
motivaciones más para asistir a esta última función de la obra ZOMBIE, este 21
de noviembre pasado. Uno de esos motivos es que estaba dirigiendo mi exalumno
de la Unheval y que fue integrante, aquella vez, de una de las mejores épocas
del elenco de teatro de la Universidad Hermilio Valdizán de Huánuco (TUVA) y mi
gran amigo, Abel Palomino. También, porque, quería salir de mi ratonera, donde
por cuestiones personales me había enclaustrado rigurosamente ya hace mucho
tiempo atrás. Otro fue porque quería verla a ella, de nuevo.
Fue inmensamente gratificante ver tanta concurrencia a esta
función final, que como me comentó el productor de la obra, Antonio Pedraza,
fue una constante en toda la temporada. En la fila de entrada me encontré con
grandes maestro y actrices: Fernando Salinas, German Malpartida, Jhulianna
Cisneros y Evelin Ferrer con quienes nos fundimos en abrazos interminables que
describían nuestra gran amistad, aunque mis ojos y mi corazón no dejaron de
mirar a la boletería.
Un zombie en el piso, un escenario alternativo, una
escenografía poco cargada con un vochito azul y una banda de músicos al fondo
nos anunciaban que ahí había magia, sabor y color. La obra de teatro con una
temática juvenil, contemporánea como es la de los zombies, cargaba una metáfora
no tan “caleta”, que más adelante logró una dimensión casi simbólica de la diversidad
sexual. Desde un inicio sabía que se venía una lección humilde, pero firme de
como se debe hacer teatro en serio. Buen maquillaje, salvo que uno por ahí
sobrecargado, pero esas con pequeñeces, que no determinan la calidad de la
puesta en escena. Los músicos en su punto exacto, un tema aparte se merece el
gran músico Emmanuel Ortega ¿Quién no se ha enamorado de Susan? Pues como
todos, también yo ¡Qué buena actuación! Este personaje, que es la madre, nos
encandila con su performance. Susan, la zombie que representa a núcleo del
hogar y la paciencia del universo contenida en su corazón y sus ojos,
felicitaciones a la estupenda actriz trujillana Natty Rodriguez, que para ser
su primera vez en la actuación logró lo que muchas no llegan a lograr en toda
su carrera. Hablar de la excelente actuación de Abel Palomino sería redundante,
pero ya con solo verlo en el escenario, un poco entrado en carnes él, es
garantía de que la obra llegará a buen puerto. El padre, de pensamiento
cuadrado, autoritario y cruel muchas veces, es sostenido perfectamente por
Abel, logrando esta contraposición justa para cocinar el conflicto de la obra
¡Felicitaciones! y un abrazo eterno. Antonio Pedraza, que a pesar de haber
tomado el personaje de hijo con poco tiempo, logra completar este trio, con una
actuación sobria, muchas veces sometido por algunos conflictos personales
(actor) que él sabe “torear”
inteligentemente. Este hijo diferente, raro, disonante y fuera de foco, que nos
enternece profundamente por su lucha en busca de la aceptación en una sociedad
cucufata y de doble moral como en la que vivimos hoy día. Una dirección teatral
exacta, no le sobra nada en el escenario, inteligente, simbolista y que maneja
muy bien el espacio, ritmo y la corporalidad, se nota que tiene muy buena
escuela y a quien se le augura muchos éxitos venideros.
La banda toca "Zombie" de The Cranberries, que me
recuerda a Dolores O'Riordan y mi mente se pierde en la obra de teatro y veo al
padre comiendo tripas, bajo un cenital que me transporta a los hogares
actuales, que viven zombificados por la tecnología, al hijo con su inmensa zanahoria, incomprendido,
a Susan abrillantando con lágrimas sus inmensos ojos, con un vestido blanco
donde resalta la sangre, que también chorrea por esos labios que saborean las
tripas como en el “Tío Añaco” y en ese momento un corto circuito en mi cabeza comienza, indeteniblemente, a recordar al
fantasma de la boletería decirme: “Me hubieras dado un abrazo, sobrado eres”,
los aplausos retumban la casa de “Toñito”, ese
sótano que ya se ha convertido
en la trinchera teatral y yo la busco a
ella, con la mirada ansiosa, al terminar la obra y ya no está, no estuvo, no
estará, tal vez solo apareció en mi
mente como una ilusión mía o tal
vez fue parte de la obra que acaba de terminar y que como el teatro es efímero, ella también
lo es. Ahora que escribo estas líneas, espero volver a ver, muy pronto, otra
de las obras maravillosas puestas en escena del grupo Soporteatro y en ese
momento, sí, atreverme, darme valor y buscar ese abrazo que quedó pendiente.
Edilberto Sacha
Dir. Colombina Teatro
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